sábado, 27 de agosto de 2011

Un encargo especial: ¡mis primeras galletas eróticas!

Mi cuñado Domingo me hizo un encargo muy especial, que inmediatamente se convirtió en un reto: su amigo se casa en unas semanas y, viendo el resultado de las galletas decoradas, me propuso que hiciera unas galletas eróticas para dárselas al novio en su despedida de soltero. Como estaba claro, mi cabeza empezó a darle vueltas al tema de inmediato, y pronto supe por dónde dirigir la historia: como base usé una receta de elaboración propia (mejorable, en cuanto sea quasi perfecta os la paso) de galletas sin huevo con gofio (harina de maíz tostado que desde hace siglos es parte fundamental de la dieta en Canarias), la forma se la daría con un cortante en forma de corazón y la decoración la haría con glasa coloreada. Las partes del cuerpo estaban claras, culos y tetas (obviamente, ¡es una despedida de soltero!), así que me puse manos a la obra. El día antes preparé la masa y la refrigeré. Con la masa de mis galletitas cortada en forma de corazón, empecé a maquinar algo nuevo: ¿¿¿y si las hiciera en relieve??? Está claro que donde se pongan unas tetas y un culete en 2D, que se quiten las galletas planas... ¡Pues en marcha! Con un corazón como base, un par de bolitas un poco aplastadas de masa sobre las zonas redondeadas del corazón (entiéndase las nalgas y los pechos) y otro corazón de una medida superior colocado encima, de modo que lo cubriera todo, sellando con cuidado los bordes para unir los dos corazones... al horno con mucho cuidado y mimo... ¡sí, ésto era lo que yo buscaba! Ahora esperar a que se enríen bien para decorar, que es lo que más me cuesta; es que tener unas galletas listas para decorar y tener que esperar es para mí lo que para un pintor un lienzo en blanco sin pinceles ni colores con los que pintar: ¡una deseperación! Mientrastanto preparo la glasa de colores: carne (Wilton durazno cremoso), rojo (Wilton rojo navidad) y negro, y luego me armo de paciencia. Y más paciencia. ¡Y a decorar por fin! Éste fue el resultado (no seáis jueces muy duros, son las primeras):

La parte de arriba con un corsé sexy

Vista lateral donde se aprecia el relieve, jeje...

El culo con tanga a juego


Como me habían sobrado galletas ya horneadas en forma de corazón, decidí decorarlas también, aunque más sencillas, para que Domingo las comparta con los invitados a la despedida:



                                                      
¿Qué os parecen?  Sé que son mejorables (y las fotos más... mi asignatura pendiente), pero para éso tengo que practicar y hacer muchos modelos. Me lo he pasado en grande haciendo estas galletas, os lo prometo. Aunque sé que se pueden mejorar muchísimo, he quedado bastante satisfecha del resultado por ser las primeras. La cara de Domingo me confirmó que le encantaron, ¡ahora sólo me falta ver en fotografías la cara del novio esta noche!

jueves, 25 de agosto de 2011

El regalo de Inmaculada y mi pedido: ¡feliz como una perdiz!

He sentido una necesidad imperiosa de crear esta entrada para deciros que ayer acabé el día con una sonrisa que me no me cabía en la cara; y es que no es para menos: como ya os conté hace un par de entradas, Inmaculada de http://cakeakiyo.blogspot.com/ (un blog que no os podéis perder) sorteó entre todas sus seguidoras el anuario de Wilton 2012 con su respectivo Pattern book (libro de patrones), y me tocó a mi. Sí, lo reconozco, yo soy de esas personas que dicen "A mi nunca me toca nada", pero también digo siempre que "¡A alguien le tiene que tocar!", y esta vez ha sido a mí. Ayer me llegó el tan esperado regalo (como comprenderéis a una novata como a mí se le cae la baba a litros nada más que de pensar que tendrá el anuario Wilton en su poder), y cuál fue mi sorpresa que, al abrir el paquete, mi linda Inma había acompañado las revistas con una nota personal preciosa decorada con dulces y firmada por ella y un cortador de osito de lo más tierno. ¡Si es que es un amor! Mil gracias, solete, eres muy grande!!!!

De momento os adelanto que anoche me dormí con él en las manos, porque no podía dejar de mirar las fotos y leer los trucos y todo, toooooodo es genial, genial, genial.
Para rematar la faena mi amorcito, que ha sido el portador del regalo, me ha traído también otro paquete muy esperado: ¡mi pedido de herramientas y fondant para iniciarme que hice a Megasilvita! No se puede acabar el día mejor, ¿verdad?

Pues entre lo que tenía ya en casa y todo ésto ya tengo el kit básico (aunque mucho me temo que nunca pararé de querer más y más cosas...), así que ya no tengo excusa para ponerme manos a la obra. Ya va quedando menos para el acogimiento civil de mi sobrino, así que me tengo que poner las pilas. De momento, os cuento que ya tengo la idea de la tarta bastante clara, el boceto más o menos acabado y las galletas de prueba les encantaron a los papis.
Ahora mismo estoy esperando a que se seque un encargo para embolsar: ¡mis primeras galletas eróticas! Ya os cuelgo fotos a partir del sábado, que es la despedida para las que me las pidieron. ¡Espero que les gusten! Besos a tod@s y muchas gracias por estar aquí conmigo.
P.S.: disculpad el mareo de los cambios en el blog, pero estoy haciendo pruebas para mejorar su aspecto. Ésto también debo agradecérselo a Inma, que desinteresadamente me está ayudando un montón. ¡De nuevo mil gracias, guapa!

miércoles, 24 de agosto de 2011

Aquí no se tira ná!

Cientos de blogs, artículos y noticias sobre el tema de esta entrada llenan las páginas virtuales de este mundillo que es internet; las recomendaciones se cuentan por millares, por millones seguramente, y prácticamente todas opinan lo mismo: "¡Espectaculares!", "¡De lo más recomendables", "¡Están buenísimas!", "¡Son lo más!", etc, etc... Como yo no podía ser menos también tenía que probarlas, no tenía intención de esperar mucho más. Y con la excusa de la visita de mi amiga María, que estaba por mi islita de vacaciones, me puse a preparar las ya súper-famosísimas BIZCOBOLAS! Y fue todo un acierto, la verdad. No es que me complicara mucho, porque aproveché tooooodos los restos dulces que tenía en mi nevera de días anteriores, y el resultado fue muy bueno.
Los detalles:
ASPECTO: estupendo, de lo más creativo porque lo decoras a tu gusto.
PRESENTACIÓN: tanto puestas en cápsulas de papel tipo bombones como pinchadas en un palito tipo piruleta, quedarás como una artista!
SABOR: de lo más resultón, variado y tan dulce como quieras.
DIFICULTAD: poca, aunque es un poco laborioso.
INGREDIENTES: ¡lo mejor! Necesitas la base (restos de bizcocho), el "pegamento" o amalgama para hacer del bizcocho una masa húmeda (nocilla, queso crema, ganaché...), la cobertura (normalmente chocolate de cualquier tipo; experimentaré con más cosas, a ver lo que sale...) y lo que te guste usar para decorar (fideos de colores, confetti de azúcar, corazones , almendra laminada, crocanti, etc). En mi caso, utilicé restos de bizcocho de chocolate para unas con restos de ganaché de chocolate negro y cobertura de chocolate fondant (ya sé, ultrachocolateado, pero el resultado es increíble, aunque no apto para quien no disfrute del sabor intenso a chocolate); para otros usé restos de bizcocho de vainilla y bizcocho de mazapán, queso crema y chocolate con leche para cubrirlas; otros los hice con bizcocho de mazapán con nocilla y fondant con nata para cubrir y los últimos fueron el invento: bizcocho de mazapán con mermelada de melocotón y fondant con nata para la cobertura. ¡Mi catador quiere deciros que todas están riquísimas, pero lo escribo yo porque tiene las manos y la boca llenas de bizcobolas, jeje!
Las cantidades son aleatorias, ya que dependiendo de la humedad de la base dependerá la cantidad de amalgama, a saber: si el bizcocho es muy seco, pedirá más cantidad de "pegamento", aunque si el pegamento es más líquido necesitará menos (no es lo mismo usar queso en crema que mermelada, de la última necesitarás mucha menos cantidad). Como orientación puedes calcular que necesitarás la mitad en peso de amalgama que de base (por ejemplo, 150 gramos de queso crema para 300 gramos de bizcocho). Como consejo, añade primero la mitad de la crema de unión, mezcla bien y vete añadiendo más si lo necesitas poco a poco, removiendo después de cada vez que añadas. La masa resultante debe quedar húmeda, pero no demasiado jugosa; lo sabrás cuando la masa esté maleable, se despegue y no se agriete al trabajarla con las manos, pero tampoco debe soltar líquido para que no se "despachurre" al cubrir las bolitas con chocolate. Ya sabes, la experiencia es un grado, y cuantas más hagas, mejor te saldrán; a priori suena un poco difícil, pero no lo es en absoluto.
EL MEOLLO:
Prepara las cantidades de bizcocho y "pegamento" que vayas a usar antes de empezar, porque el proceso es algo pringoso y no estarás para ir preparando más sobre la marcha. En un bol grande desmiga bien el bizcocho y añade entonces la mitad del "pegamento"; amasa muy bien con las manos y, si es necesario, añade poco a poco más, mezclando y amasando bien hasta conseguir la masa deseada. Mételo en la nevera durante una hora para que coja cuerpo y sea más fácil trabajarla después. Prepara una bandeja con papel de hornear (para que no se peguen las bolitas), y con la masa ya fuera de la nevera forma bolas con las manos de unos 12-15 gramos (para mi gusto éste es un tamaño perfecto para un bombón generoso pero no demasiado grande). Vuelve a meter en la nevera mientras preparas la cobertura; en un recipiente apto para microondas trocea el chocolate que vayas a utilizar y añade media cucharadita de mantequilla (éste detalle le da un brillo a la cobertura espectacular). Calienta el chocolate en tantas de 30 segundos para que no se queme, removiendo cada vez que lo pares hasta que esté bien disuelto. Saca las bolas de la nevera y empieza la operación más delicada: debes bañar cada bola en el chocolate con cuidado de que no se rompan. Yo usé una cuchara y un tenedor (con la cuchara metía la bolita en el chocolate y con el tenedor la sacaba y escurría el chocolate sobrante antes de dejarla de nuevo en la bandeja con el papel de hornear), pero cada maestrillo tiene su librillo. Una vez bañadas en la cobertura podemos decorar (o no ) a nuestro gusto: bolitas o fideos de colores, granillo de almendra, purpurina comestible... ¡imaginación al poder! Reservamos en la nevera un par de horas para que endurezca el chocolate (y ya de paso no tenerlas a la vista para no caer en la tentación, que el motivo de hacerlas es que tienes invitados, ¿recuerdas???? A ver si es posible que queden para el postre...) Y por último, para una presentación "pofesioná", colocamos cada bomboncito en una cápsula de papel para trufas/minimagdalenas y servimos en un platochulodelaleche/fuentedivinadelamuerte.
A mi me quedaron así:


Siento mucho la calidad de las fotos, sé que son pésimas, pero es que casi no me da tiempo de hacerlas. Prometo esmerarme más con las próximas.
La otra opción de presentación es tipo piruleta, que haremos así: antes de bañar las bolas en la cobertura, cogemos unos palitos de piruleta o brochetas de madera, mojamos una punta en el chocolate deshecho y lo clavamos un centímetro y medio aproximadamente en la bolita. Cuando los tenemos todos lo dejamos enfriar para que endurezca el chocolate y se quede pegado el palito, luego bañamos cada bolita en el chocolate, decoramos y enfriamos. Disponemos las piruletas en una bandeja, en cápsulas de papel o dentro de un vaso largo bonito a modo de ramo de flores en un jarrón.

Al acabar esta entrada acabo de descubrir algo que me ha dejado con los ojos como platos: ¡El blog tiene 40 seguidores! Ni en mis mejores sueños habría imaginado que en tan poco tiempo tanta gente que no me conoce de nada decidiera leer lo que cuento aquí. Creo que tod@s los que escribimos en un blog tenemos la necesidad de compartir, de una u otra manera, nuestras vivencias, conocimientos, experiencia... En mi caso, crear este blog fue una forma de devolver a la red todo lo que las maravillosas personas que me he encontrado por aquí han compartido conmigo de manera totalmente desinteresada, y que cada día siguen aportando buenas vibraciones y sonrisas a mi vida. No puedo explicar con palabras lo feliz que me hace que crezca la que llamo, como ya sabéis, mi familia virtual. ¡Millones de gracias por estar a mi lado!

miércoles, 17 de agosto de 2011

Agradecidaaaaa, y emocionadaaaa...!!!

Esta entrada es solamente para darle las gracias a Inmaculada de http://cakeakiyo.blogspot.com/ por ser un encanto de persona. Y es que se ha puesto en contacto conmigo para decirme nada más y nada menos que... ¡soy la ganadora de su concurso! ¡¡¡Yujuuuuuu!!! No sé si lo sabréis, pero Inmaculada se marcó el detallazo de sortear el anuario Wilton 2012, que naaaaadie más tendrá aparte de nosotras hasta septiembre. No es por poneros los dientes largos... ¡bueno, qué leches, sí! Para una vez que me toca algo, me regodeo. ¡Me ha tocado, a mí, sííí, A MÍ! Estoy deseando que llame el cartero con mi regalito para ponerme manos a la obra. Bueno, también quiero agradecerle a Inmaculada el detalle de nombrar mi blog en su entrada del resultado del concurso, ya que gracias a éso muchas personas se han acercado por aquí, y tengo que decir que se han quedado con nosotras. Como ya os dije, chicas, gracias por decidir formar parte de mi familia virtual, sois muy bienvenidas. Y... ¡¡¡solamente puedo deciiiiir, graaaa-ciaaaaas pooor veeee-niiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir!!!

lunes, 1 de agosto de 2011

¡He batido un récord! O por lo menos una Guiness...

En primer lugar debo deciros que ésta ha sido, seguramente, una de las entradas más accidentadas de la historia; aparte de mi adicción repostera que ya confesé hace días, debo reconocer que tengo un enganche inusitado por el mundo bloguero. Y es que realmente crea adicción (creo que soy muy dada a las adicciones, me andaré con cuidado, jeje!) abrir el blog para darle vida a otra entrada y descubrir que alguien nuevo lo ha visitado y ha decidido formar parte de mi familia virtual de reposterillas (lo digo con todos mis respetos, lo de familia porque opino que los amigos, también los virtuales, son ésa familia que la vida te da permiso a elegir, y lo de reposterillas es mi apodo más que cariñoso a todas las maravillosas personas que me hacen disfrutar más y más cada día de este fantástico mundo que es la creación más dulce). Intento con mucho afán abrir al menos una vez al día el blog y hacer un repaso de lo que hay, porque casi a diario descubro nuevas y estupendas personas y maravillosos blogs que desbordan arte por las cuatro esquinas de mi pantalla. De todos ellos me nutro, y por todo lo que descubro me animo a mi misma a encontrar esos ratos de dedicación a este rinconcito. A todo ésto, llevo cuatro días creando a ratitos una nueva entrada y hoy, por fin, la tenía prácticamente acabada cuando Lenine, mi preciosa y cariñosa gatita mayor, ha decidido darse un paseíto por encima de mi teclado reclamando mi atención y mi cariño... y borrando al pisar la tecla "m" toooodo lo que tenía escrito; parece ser que ha sido más lenta mi reacción de apartarla del teclado que la de blogger de guardar el borrador, porque cuando he recuperado el campo visual de la pantalla, ésto es lo que me he encontrado:












m








Y nada más. Había desaparecido toda la entrada. Y he cerrado el borrador tal cual, he salido del blog, he apagado el ordenador y me he ido, ¡porque si me quedo en casa me como a mi preciosa Lenine para almorzar! Al volver he revisado el correo, he echado un vistazo a Facebook para ver las novedades y me he sentado de nuevo, ahora sí con ganas de rehacer lo perdido. Ahí va:
Cualquier reposterilla que se precie conocerá los nombres de unas cuantas recetas maravillosas e imprescindibles que debes probar en algún momento, sí o sí. En mi caso tengo en mi lista de "Pendientes de Hacer" (juro solemnemente que tengo un listado en Word de las recetas más importantes que quiero hacer en cuanto pueda en el escritorio de mi ordenador) las recetas de los cupcakes de cerveza negra Guiness en primer lugar, y éstos son los que hoy quiero compartir con todas vosotras, porque me han dejado alucinada. La primera vez que leí algo sobre esta receta me quedé bastante sorprendida, ya que jamás había oído hablar de que la cerveza se usara en repostería; en cocina sí, pero no en repostería (repito por enésima vez que soy una amateur en prácticas...). Tanto fue mi asombro que la receta se saltó unos cuantos puestos en la lista de pendientes, colándose por delante de la Carrot Cake (tarta de zanahorias) y el Red Velvet (literalmente, terciopelo rojo, por el color, la textura y esponjosidad de la masa), que habían llegado antes. Así, sin pedir permiso ni nada, se infiltró en mi cocina antes de que me diera cuenta, y éste ha sido el resultado.


RECETA DE MAGDALENAS DE CERVEZA GUINESS (la que a mí me gusta, ¡hay miles!)
Ingredientes para unos 12 cupcakes:
125 ml de cerveza negra Guiness (esta vez usé Guiness, pero he comprado otra marca que probaré en otra ocasión para ver qué pasa si le soy infiel a esa marca, porque en Gran Canaria no es demasiado fácil encontrarla; ya os contaré el resultado)
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente (nada de usar el microondas para ablandarla, porque lo que pasa es que se deshace; mejor sacarla un par de horas antes en verano, o 12 horas en invierno)
125 gr de harina simple
40 gr de cacao en polvo (el cacao sin azúcar añadido Valor es estupendo, pero encontré en Carrefour uno de su propia marca, lo he usado y me ha ido genial)
200 gr de azúcar (mejor azúcar glass, la masa queda mucho más fina y homogénea; si no tienes no te preocupes, usa el azúcar blanco normal, nadie morirá intoxicado, jeje!)
1 huevo mediano
75 ml de nata líquida para montar (es más grasa que la de cocina, mucho mejor para repostería)
1 cucharadita y media de bicarbonato
1 cucharadita de vainilla (mejor que sea buena, si no tienes cámbiala por una y media de azúcar avainillado)
Precalentar el horno a 170º y preparar los moldes que vayamos a usar para hornear las magdalenas: cápsulas, moldes de silicona, metálicos, antiadherentes; en mi caso yo utilizo un molde de los metálicos con cápsulas de papel dentro, el gasto es pequeño y me ahorro tener que limpiarlo cada vez que horneo, sin contar con que la presentación cuando los vas a regalar es mucho más bonita. También uso los individuales de silicona que me regaló mi amiga Davinia, que es un solete, para los cupcakes que se quedarán en casa.




Calentar la cerveza en un cazo al fuego y, sin dejar que llegue a hervir, añadir la mantequilla, removiendo hasta que se deshaga por completo; reservar hasta que se enfríe.
Mezclar en un bol los ingredientes secos, tamizando la harina con el bicarbonato y el cacao. En otro bol batir el huevo con la nata y la vainilla; añadir la cerveza con mantequilla ya fría, removiendo para que se mezcle todo bien. Luego ir añadiendo los ingredientes secos poco a poco, removiendo a mano hasta que estén integrados. 
Llenar las cápsulas sólo hasta la mitad, ya que la masa sube bastante, y hornear unos 15-18 minutos a 170º; os recomiendo controlarlas a partir de los 12 minutos, ya que cada horno es diferente y el tuyo puede tardar más o menos. Estarás segura de que las magdalenas están listas con el truco de la "agüela": cuando pinches una en el centro con un palillo de madera y éste salga sin restos de masa (yo prefiero usar las brochetas largas de madera que los palillos de toda la vida, hay menos peligro de quemaduras). Una vez fuera del horno, dejarlas 5 minutos antes de sacarlas del recipiente, y luego pasarlas a una rejilla para enfriar. Yo no tengo aún una rejilla, porque mi horno no la traía (recuerdo que antes todos los hornos traían una bandeja y una rejilla, ¿alguien sabe por qué narices ya no la traen? Me vendría de perlas...), así que de momento hago lo que puedo hasta que acabe de tunear una propia con una idea que tengo; ya os contaré el resultado si merece la pena. 
Debo deciros que han superado mis expectativas, el resultado es sorprendente. Al parecer la cerveza realza el sabor del cacao, y la textura es de lo más esponjosa; sin duda se han convertido en mis magdalenas favoritas de chocolate. Y en respuesta a lo que estás pensando: no, para nada saben a cerveza.
Para decorar las magdalenas y convertirlas en unos cupcakes maravillosos deberemos esperar a que éstas estén totalmente frías, porque corremos el peligro de que el calor que desprenden estropee el frosting que utilicemos, ya sea buttercream o cualquier otro. Vamos allá!
Éstos son con buttercream de chocolate negro y una barrita de Kinder. Fueron un regalo para los veterinarios de mis dos gatitas.




Con frosting de crema de queso y nubes de colores, para mi sobrina Haridian y mis amigas:




Con el mismo buttercream de chocolate, pero éstos fueron a parar a casa de mis cuñados Desiree y Domingo:




Y a éstos les puse simplemente una rosa de fondant de nubes que hice con una técnica muy fácil que enseñaré  pronto por aquí. Éstos fueron para celebrar el cumpleaños de mi amiga Chari:




Para las que le tienen miedo a convertir una magdalena en cupcake, sólo decirles que no es necesario tener una técnica especialísima para hacerlo, sólo imaginación y paciencia; yo soy novata total, con el tiempo y la práctica he ido mejorando un poquito, y si yo puedo, cualquiera puede. Casi cualquier cosa con la que vistas un cupcake le sienta genial. Si no tienes manga pastelera y boquillas, o no te atreves a usarlas, simplemente empieza por algo sencillo, verás:


Unta la magdalena con la crema que hayas elegido, de manera que quede totalmente cubierta, con ésto consigues que se vea totalmente "vestido" al acabar la decoración de tu cupcake:  


Ahora, con una cuchara de postre y una buena cantidad de crema, úntala con cuidado encima, tratando de darle una forma de "remolino"; si te equivocas puedes volver a intentarlo tantas veces como quieras, sólo tienes que recoger la crema con mucho cuidado con la cuchara y volver a probar:


Una vez que quedes contenta con el resultado de la técnica del "untado", sólo tienes que echarle imaginación: bolitas de colores, confetti, fideos o corazones de azúcar, gominolas, bombones, pedacitos de chocolatinas... ¡Cualquier cosa vale! Incluso puedes hacer una etiqueta con un mensaje personalizado, pegarla a un palito de madera o plástico (en Mercadona venden unos paquetes de palillos de plástico de colores para aperitivos por un euro que van genial para éstas cosas) y pincharla sobre uno de los cupcakes. ¡Simplemente preciosos!
No me digas que no vas a intentarlo. ¡Venga, cuéntame qué tal te salieron! Y recuerda: SI YO PUEDO, TÚ PUEDES... YES, WE CAN!!!!