domingo, 30 de octubre de 2011

Tradiciones: los panellets de mi madre

Éste es mi pequeño homenaje a las madres del mundo. A las que renunciaron a su propia vida para sacar adelante las vidas de sus hijos. Las que siempre tuvieron una palabra de aliento, un gesto de amor infinito, una caricia sanadora. Las madres de mi generación, que lo dejaron todo para tener nada más que el cariño de sus hijos y, aún así, fueron felices con lo que la vida les dio. Las madres que, después de un día de trabajo dentro y fuera de casa, encontraban el momento para preparar un bizcocho de yogur para la merienda (¡ése que mirabas con gula verdadera mientras se enfriaba en la repisa!). Las que procuraban que te comieras un buen bocadillo en vez de bollería industrial … ¡aunque eso no impedía que de vez en cuando te sorprendieran con un Bonny, una Pantera Rosa  o un Tigretón! Las que se quitaban de sus propias necesidades para darte más aún de lo que tú necesitabas, y aún hoy, lo hacen a menudo. Las que siendo aún casi adolescentes aprendieron a ser madres, esposas, trabajadoras, amas de casa, cocineras, psicólogas, compañeras de risas y llantos, verdaderas amigas. A los seres más altruistas que el mundo jamás vio. Las madres. MI MADRE. Porque sin ti no hubiera superado mis muy malos momentos. Porque me apoyas en todo, incondicionalmente, aunque a los demás les parezca una locura; ¡para ti mis locuras son oportunidades de que yo crezca como persona! Porque no me imagino una vida sin ti como madre. Porque contigo rompieron el molde, mami. No sé si te lo digo lo suficiente: te quiero infinitamente. ¡Guapa!
Si el 31 de Octubre simboliza algo para mi eso es, sin duda, el olor a castañas y boniatos asados y, sobretodo, a panellets saliendo del horno. Los panellets forman parte de una de las tradiciones más bonitas mi tierra, Cataluña. Ésa noche se celebra la Castañada, recordando una tradición que, según cuenta la leyenda, se remonta a muchos años atrás, cuando las campanas de las iglesias no eran electrónicas. Los campaneros encargados de hacerlas sonar se pasaban toda la noche de difuntos tocándolas en memoria de los que ya no estaban. Solía ser una noche muy fría, por lo que sus familiares tenían por costumbre acompañarlos en los campanarios, llevando consigo castañas y boniatos muy dulces, asados y bien calentitos (típicos de la temporada y, sobretodo, asequibles a los bolsillos de cualquiera en la época), vino dulce o moscatel y panellets, unos dulces de un bocado hechos básicamente de harina de almendras. La tradición ha evolucionado hasta hoy en día, que se siguen asando castañas y boniatos y, lo mejor de todo, aún en muchas casas se puede disfrutar del olor maravilloso de los panellets en plena hornada. Mi madre es una de esas personas que insisten en mantener vivos esos detalles que hacen de las tradiciones algo real y verdadero, el legado que nunca deberíamos permitir que nuestros hijos no recibieran. Hoy quiero compartir su receta de estos dulces de otoño, laboriosos pero realmente deliciosos.

INGREDIENTES (para unos 60 panellets):
-500 gr de harina de almendra
-250 gr de boniato (batata dulce) en crudo
-250 gr de patata en crudo
-400 gr de azúcar glass (mejor que el de grano, para que la masa quede suave)
-1 teaspoon de aroma (vainilla, limón o almendra)
-Piñones, almendra fileteada, nueces, carne de membrillo/mango, onzas de chocolate negro (la cantidad dependerá de cuántos hagamos de cada)

Cocer la papa y el boniato con piel hasta que estén bien tiernos. Escurrir, pelar y machacar bien con un tenedor. Ponerlo en un bol, mezclar muy bien con el azúcar glass y luego añadir la harina de almendra, amasando muy bien. Por último añadir la esencia elegida. Tapar con film el bol y dejar reposar en la nevera unas 6 horas.
Precalentar el horno a 180º. Sacar de la nevera y formar con la masa bolitas de unos 4 centímetros de diámetro (o al gusto de cada cuál), forrar con los piñones o la almendra (si no se quedaran pegados bastará con bañar los panellets antes en clara batida y escurrirlos bien), o bien hacerle un huequito con el dedo y poniendo un trocito de membrillo, media nuez  o media onza de chocolate dentro. Disponer los panellets sobre papel vegetal en la bandeja del horno fría y pintar la superficie de cada uno con huevo batido (hay quien dice que sólo con clara batida, pero mi madre siempre lo ha hecho así y me encanta el resultado). Deberían tener más o menos esta pinta:


Panellets de piñones, los clásicos


Unos variados: mango, nuez y chocolate

Hornear unos 15 minutos a 180º, vigilando bien que se doren sin quemarse. Dejar enfriar en una rejilla y, una vez fríos, guardar bien tapados ya que, como nos despistemos, ¡no queda ni uno para la Castañada! El olor a almendra que sale del horno es indescriptible; la textura, inmejorable: crujientes por fuera y blandos por dentro, una verdadera delicia para el paladar.
Espero que disfrutéis con la receta tanto como he disfrutado yo haciéndolos con mi madre. Después de muchos años sin poder hacerlos a su lado, por fin he podido escaparme unos días y recuperar para vosotros esta receta que es a la vez tradición y cultura catalana, de la que me siento verdaderamente orgullosa.
Gracias por llegar al final del post, muchos besos y ya sabéis… ¡a ser felices y a disfrutar de la vida!

lunes, 17 de octubre de 2011

Y la respuesta es...

Te pica la curiosidad, ¿verdad?  Pues empecemos por la pregunta: ¿qué tienen en común un bol de desayuno, un plato de presentación y un vaso de chupito? 



 La respuesta es sencilla: juntos han conseguido que tenga una de las piezas de repostería más bonitas que pueda imaginar. ¿Exagerada?



Pues, para mi gusto, en absoluto. ¡Pero es que encima de todo las tres piezas son baratas! Vamos, que no se les puede pedir más. Bueno, una cosa sí . . . Si añadimos un tubo de pegamento especial para vidrio, ¿qué tenemos ahora?





¡Ahora sí! Tenemos todo lo que necesitas para tener una de las piezas más codiciadas por cualquier reposterilla de postín :  un cake stand o, lo que es lo mismo: ¡una base para tartas personalizada y única!


Porque decidme algo: ¿no es verdad que tan importante es el resultado de la preparación como la presentación de la misma? Y aunque así no fuera, ¿no merece la pena tener uno de éstos sólo para poder admirarlo? ¡Si es que lo miro y parezco una madre embobada con su chiquitín! ¡Ay, qué orgullosa estoy de ti!
Desde el principio de los tiempos he querido tener un cake stand de ésos tan preciosos que aparecen en muchas revistas y películas. El tema estaba en que, cada vez que encontraba uno que me gustara, los ojos se me ponían como platos al ver el precio, generalmente entre abusivo y desorbitado. Pero ¡es que tenía tantas ganas de tener uno! Tenía que haber alguna manera de conseguirlo, así que me puse a darle vueltas a la cabeza para estrujarme las dos o tres neuronas que me quedan y, después de un parto doloroso, nació mi pequeñín. ¿No es una preciosidad? Pues si os digo lo que costó, no os lo creéis, seguro. Pero igualmente, ahí va la lista de precios:
-Plato de presentación: 9,95€
-Bol de desayuno: 3,95€
-Vaso de chupito: 1,00€
-Pegamento: 4,15€ (da para unos cuantos cake stands, preparaos)
Y el proceso es muy sencillo: pegas el vaso al bol (siguiendo las instrucciones de uso del fabricante del pegamento), dejas secar, pegas el plato al otro lado del vaso, dejas secar y listos. Yo añadí una cinta de cuero de color rosa palo para darle un toque femenino (más aún) y, ya de paso, disimular la junta del vaso con el plato ya que, al ser todo de vidrio transparente, es bastante difícil que no se vea nada de pegamento.


Y ahora qué me decís, ¿no os parece aún más divino? ¡A mi me tiene enamoraíta perdía, jejeje!
No me digas que no tienes un cake stand, porque puedes hacerte uno con cualquier cosa, ni siquiera hace falta que compres algo expresamente; yo he visto algunos por ahí hechos con un plato llano grande y un simple bol de desayuno. Puedes hacerlo de colores iguales o distintos, coordinados o contrastados, a juego con tu cocina o de colores completamente disparatados, todos resultan preciosos. Vas a quedar como una auténtica repostera de lujo cuando presentes tus postres: tartas, cupcakes, galletas o cualquier cosa que se te ocurra, este cake stand le dará un aire distinguido a todo lo que le pongas encima. Anímate a hacer uno y, por favor, si lo haces, mándame tus fotos para que las enseñemos aquí y animemos a más gente a intentarlo.
Próximamente os enseñaré como queda con una tarta encima y también haré uno que tengo preparado, más informal y divertido, a ver qué os parece.
¡Un beso enorme y a disfrutar de la vida!

miércoles, 12 de octubre de 2011

El tercero de tres

Creo que debemos haber batido una marca o algo así con el tema de los bautizos: ¡tres en menos de un mes! Primero fue el de Brais, después el de mi sobrino Domingo (bueeeeno, el acogimiento civil) y, por último aunque no menos importante, el de Jorge. La mamá de Jorge (prima de mi catador) descubrió mi pasión repostera cuando vio las tartas y galletas-pintadera que hice para Domingo y me pidió que hiciera unas galletas para dar de recuerdo en el bautizo de su pequeñín, Jorge. Sólo me pidió una cosa: "Quiero que sean chupetes, ¿podrás hacerlos?" ¡Maaadre mía, pues claro! Otro reto, me encanta superarme. Anduve buscando un cortador de galleta con forma de chupete y llegué a comprar uno pero, a decir verdad, no me convencía. La forma estaba bien (aunque no era la que yo quería), pero la verdad es que me parecía demasiado pequeño para unas galletas-recordatorio. Que digo yo, ¿alguien me puede decir cuál es el tamaño ideal para algo así? Porque sé que yo soy muy bruta, pero es que dar una galletita de 5 ó 6 centímetros me parece un poco rata . . . ¡Es que incluso me parece que no se aprecian los detalles! Inma, seguro que tú tienes lago que decir, que siempre me orientas bien. En fin, que al final decidí hacerlo yo mismamente con una lámina de hojalata, y ésta es la forma que quedó:

¡Chupetes y más chupetes!

A mi el resultado me convenció, ¿qué os parecen? Las decoré con fondant en cuatro colores diferentes, y quedaron así:

En pleno proceso

Y vistos de cerca

Como quedaban un poco sosos les puse bolitas de colores, ¿os gustan? Así quedaron embolsadas:


De las etiquetas se encargó la mamá

Y así las entregué:


La cesta la arregló la abuela materna de Jorge. Bonita, ¿verdad?

Para cerrar las bolsitas usé cordón de raso ("cola de rata") de los mismos colores que las galletas.

Los chupetes en cuatro colores pastel
Y, como no podía ser menos que sus primitos, también tuvo su tarta personalizada, nuestro regalo de bautizo para que lo disfrutaran los papás de Jorge en privado:



Hasta aquí el bautizo número tres de tres. A todas las mujeres de la familia: ¡Por Diorrr, dadnos un respiro con los nacimientos, jajaja! ¡¡¡Un beso a tod@s y a disfrutar de la vida!!!

viernes, 7 de octubre de 2011

¡Galleticas mil!

Tengo una colección de galletas por enseñaros, así que las voy a poner todas en esta entrada sin armar mucho barullo ni alargarme demasiado. Sólo es que tenía muchas ganas de compartirlas con vosotr@s, porque he ido probando técnicas nuevas, incluidas mis primeras galletas decoradas totalmente con fondant, y que se fueron para Barcelona.

GALLETAS CUMPLEAÑERAS PARA UN CULÉ:


Cuando Saray y su hija Naidén me pidieron unas galletas del Barça para Toni, el marido y papá de las mismas, la cabeza empezó a darme vueltas al momento: ¡que idea más chula! Decidimos hacerle unas camisetas del F.C. Barcelona con el nombre de cada invitado por detrás, y éste fue el resultado:

Curiosamente, Iniesta es el apodo del cumpleañero

Y ya preparaditas para zarpar rumbo al cumpleaños:

Las etiquetas las hizo el catador, ¿a que son chulas?

GALLETAS "VENTE PAL LADO OSCURO":


Estas galletas las comparto con vosotr@s, pero sólo virtualmente; no me entendáis mal, si a alguien le gustan le preparo algunas, es que éstas son sólo para mi catador, especialmente hechas para él. ¡Es que está hecho un peazo de friki de mucho cuidado! Bueno, no se lo digáis a nadie, pero en realidad yo también soy un poco friki . . . ¡Si es que por algo nos llevamos tan bien! Si le hubierais visto la cara cuando me vio haciendo los cortadores y le dije para lo que eran . . . ¡y anda que cuando llegó a casa y las vio acabadas!


Aquí todas las friki-galletas juntas

Darth Vader y un soldado del imperio

Han sido mis primeras galletas decoradas totalmente con fondant, y tengo que reconocer que me ha encantado hacerlas. No sé si es porque las estaba haciendo para mi churri o porque me ha gustado la experiencia del fondant en galletas (creo que ha sido una mezcla de las dos cosas), pero quedé muy contenta con el resultado.

UNOS BÚHOS PARA MI MAMI:


Tenía unas ganas tremendas de prepararle unas galletitas especialmente para mi madre, algo que no hubiera hecho antes; cuando vi el cortador de búho, lo supe en seguida. ¡Ésas iban a ser sus galletas! Le encantan los búhos, los colecciona, y soy su suministradora principal, así que era una buena oportunidad para ampliar su colección. ¡Me ha encantado hacerlos para ti, mami! :

¡Búhos, muchos búhos!
Unos cuantos de cerca. ¿A que son graciosos?
Todos los búhos se han ido juntitos para Barcelona, en la maleta de vuelta de mi madre, que ha pasado aquí unos días. Uff, no veas cómo te voy a echar de menos, mami . . .
Bueno, por hoy ya está bien de galletas, que sois unos glotones. Voy preparando la nueva entrada, que estoy en racha. ¡Y no os olvidéis, a disfrutar de la vida!

jueves, 6 de octubre de 2011

Todos "pa" la guagua!

Nito, el tío de mi catador, es un hombre de pocas palabras, aunque bien medidas y normalmente acertadas. Le encanta la fotografía y, especialmente, disfrutar de su familia, sobretodo de sus nietos Brian y Guayasén. Cumplía 53 años el día 17 de Septiembre y su familia quiso celebrarlo con una tarta especial. Él es conductor de guaguas (así es como se llama en Canarias a los autobuses y autocares), y habitualmente conduce una de color naranja que, obviamente, no es el color más usual. De hecho, si no me equivoco, en Gran Canaria, donde vivimos, sólo hay dos. Lucía, su mujer, me encargó que le hiciera una con esa forma, y me encantó la idea. Después de darle muchas vueltas sobre cómo la haría, me decidí a darle una imagen un poco infantil, como de dibujos animados. Quedó así:

Lo de la frase tiene su explicación . . .

Lucía me pidió que le pusiera "Puto Viejo" en la tarta, y al principio me sorprendió, pero es que resulta que es así como cariñosamente le llaman algunos compañeros de trabajo. El bizcocho es de yogur sin lactosa con cacao puro y el relleno y cobertura de confitura de cerezas, para darle un puntito ácido pero suave. Según me han contado le gustó mucho; le sorprendieron con un coro de voces cantándole el cumpleaños feliz a la hora de los postres, ya que empezó su familia a cantarle y se animó todo el restaurante en pleno. Me alegro de que te gustara, Nito. ¡Muchísimas felicidades!
Y con esta tarta acabo la tanda de fondant por ahora, voy a preparar más entradas que tengo un millón de cosas pendientes de enseñaros. ¡A disfrutar de la vida!